sábado, 16 de junio de 2012

Lo querido

Dr. Ernesto López Letucet Director Provincial de Salud de Matanzas, Cuba 
Dr. José Ramón Molina Presidente del Consejo Nacional de Sociedades Científicas de Cuba
Dr. Rafael Trinchet Presidente de la Sociedad Cubana de Cirugía Pediátrica
Dr. Francisco Berchi Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Cirugía Pediátrica. 

Colegas y amigos:

Permítanme, en primer lugar, entregar un saludo fraterno al doctor Crisanto Abad Cerulia, personificando en él a todos aquellos que hicieron posible este encuentro. De la misma manera saludar, en los doctores Arnold Coran y Tom Lobe, a todos aquellos participantes extranjeros que vinieron, remontando reticencias, y por qué no decirlo, tal vez temores, dada la actual situación de riesgo que vive esta isla, amenazada por el gobierno de la mayor potencia económica y militar del orbe, los Estados Unidos de Norteamérica que, a falta de argumentos reales, inteligentes, objetivos, recurre a la estigmatización propia del medioevo, a los oscuros significados de un eje del mal que, atravesando el mundo, alcanza y hiere a Cuba.

Por tal razón, y más allá de los aportes y del intercambio de experiencias en materias con un hondo contenido humanista y solidario como lo son los temas de la cirugía pediátrica y neonatal, con todo su significado de protección del ser humano en su etapa más dependiente y desvalida, valoramos la realización de este evento como un aporte intelectual en pro de la paz y de la vida y en contra de la guerra y de la muerte, que otros persiguen con tanto ahinco como irracionalidad y desmesura.

Lo que está en riesgo en Cuba no es su azúcar, ni su petróleo, ni su turismo, ni su níquel.Lo que está en grave riesgo son los valores humanos de cada uno de los cubanos que hacen posible, día a día, este proceso de justicia social que nadie ha podido desmentir.

Hubiese querido que ustedes nos hubieran acompañado en la visita que hicimos ayer a mi Matanzas (y digo mi Matanzas porque en ella viví durante once años), que hubiesen compartido con nosotros la emoción del reencuentro con Xiomara, Cira, Mercedes, Silvia, enfermeras del Hospital Pediátrico, con Aymee Ruiz, su directora, con el doctor Orlando López, intensivista de excelencia, digno de la mejor unidad de terapia intensiva de cualquier lugar del mundo, con el doctor Julio Font Tio, cirujano de larga y destacada trayectoria que continua trabajando y produciendo como si por él no pasaran los años, con el doctor Felipe Suárez Senespleda, entrañable colega, profesor y amigo, con Onelia, Clarita y Alfredo, vecinos del Reparto Camilo Cienfuegos, y tantos otros imposibles de nombrar pero igualmente recordados, todos ellos inagotables en su capacidad de expresar afecto sin restricciones.


Ante esta geografía humana, que se repite en cualquier rincón de Cuba, cabe preguntarse entonces: ¿Dónde está el origen de tanto encono en contra de un país pequeño, sin grandes recursos materiales que ha resuelto lo que las grandes potencias no pueden o no quieren resolver: la salud, la educación, una vida digna, en suma, para todos sus habitantes?

Es el pensamiento de Cuba, la forma de enfrentar y de resolver sus problemas lo que incomoda a sus detractores.No es por nada que Bertrand Russell definiera al pensar como una actividad peligrosa para el orden establecido, como una actividad subversiva, al poner en riesgo la acumulación del capital y la concentración de la educación y la cultura en las elites de cada sociedad.

Cuba ha sido subversiva, se ha declarado rebelde y ese es su crimen.

Ojala que, al volver a nuestros países, guardemos un rinconcito de nuestro pensamiento y de nuestro corazón para Cuba, para no abandonarla, para denunciar, dondequiera que sea, el crimen de lesa humanidad que implicaría la aniquilación de este proceso y la destrucción de esta isla, que debería ser declarada por los hombres de bien de todo el mundo, como patrimonio cultural de la humanidad.

Muchas gracias.

Dr. Hernán Lechuga Farias 
Varadero, Cuba  
21 de junio de 2003