El reciente Concurso para el cargo de Subdirección Médica del Servicio Médico Legal de Chile, al cual fui postulado, y que finalmente fue declarado desierto, generó el intercambio epistolar que doy a conocer. Lo hago sin ánimo alguno en entrar en controversias porque, a pesar de que los sordos pueden efectivamente dialogar y entenderse, éste es uno más de los millones de "diálogos de sordos" a los que la autoridad acostumbra a someternos, sin respeto alguno por la mínima dignidad que se merece cualquier persona, sin contestar como es debido a una petición clara, sensata y expresada en términos de la también debida consideración. Queda claro, claro está, que los argumentos, motivos, causales o directivas que permiten declarar desierto el concurso - porque ninguno de los oponentes hemos desertado - son inconfesables, y deben mantenerse en la penumbra, en el conventículo gnóstico de los iniciados, con la íntima convicción, como he podido comprobarlo demasiadas veces, de que resulta inoficioso hacerlo público, porque no sería entendido por el ciudadano de a pié, tan complejas son las bases, tan abstractas las concepciones que deben regir los destinos de la patria. Nunca esperé una contestación como la recibida del señor Egaña que me hace recordar, y en esto no hay intención peyorativa alguna, al "Lo dije, y qué..." de un conocido humorista. Dan ganas de salir, nuevamente a la calle, a protestar, sólo que esta vez encapuchado. En fin, sólo queda dar vuelta la página, y seguir.
Sr.
Basilios Peftouloglou Gattas
Subdirector Alta Dirección Pública
DIRECCIÓN NACIONAL DEL SERVICIO CIVIL
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De mi mayor consideración:
No es esta una nota de reclamo,
no estoy solicitando una reconsideración de los resultados, y me disculpo por
eso. Entiendo que en el proceso concursal hay elementos de subjetividad,
imposibles de evitar, pero siendo el concurso, por definición, una selección
objetiva, no logro comprender cómo esta subjetividad puede pasar por alto
antecedentes curriculares no menores y relacionados directamente con el
cargo. Entonces, la interrogante, que me
interesa sea aclarada, es saber de qué modo se pudo hacer abstracción de un
Magister en Administración de Salud Internacional, O.M.S., de la calidad de
profesor de Medicina Criminalista y de Medicina Legal de la Escuela Técnica de
Investigaciones, de la coautoría de un Libro de Medicina Legal actualmente en
uso, de un Postítulo de Criminología de la P.U.C., de una experiencia de casi
diez años en investigación de homicidios de la PDI, de la calidad de Perito
Médico Legal y luego Médico Forense de la Iltma Corte de Apelaciones de
Santiago y, finalmente de la calidad de Egresado
en Derecho de las universidades UNIACC y
Bolivariana. ¿Qué antecedentes
curriculares faltaron? Si efectivamente el trabajo de selección fue en
profundidad, no puede haber escapado el antecedente del Concurso Jefaturas 2000
del Área de Salud Occidente, en la que ganando los cargos de jefatura de
Cirugía y de Urgencia Infantil, las bases fueron alteradas una vez abiertas las
postulaciones, un hecho público y notorio que duró hasta el 2004. Si es la
escasa experiencia en cargos directivos, esa es la explicación. Espero,
sinceramente, que las causales en el hecho actual sean plausibles, razonables,
pero me interesa conocerlas. Atentamente,
Dr. Hernán Eusebio Lechuga Farías