Salgo corriendo del departamento. Tengo quince minutos para llegar a Tribunales. Me pongo la chaqueta sobrecorriendo y dejo encendidas las luces, la radio y el computador, mis acompañantes de estos días.Cuando vuelvo, las luces me esperan encendidas, el computador, cansado de esperarme, se ha dormido y debo despertarlo para seguir trabajando, y la radio... en silencio, vuelve a sonar... como saludándome. Todo en orden, la vida continúa.