sábado, 28 de junio de 2014

Secos para el futbol

“Esta Copa de mierda nos arruinó. Quedó toda esa ‘resaca’ de uruguayos, chilenos, colombianos, argentinos, no sé de dónde. No pagan nada, están ‘secos’, no tienen un real, lloran por todo, quieren todo gratis.”

(De una prostituta de Copacabana a la agencia DPA sobre los efectos para su negocio del avance de las selecciones latinoamericanas en el Mundial.)

http://www.pagina12.com.ar/diario/principal/index.html

domingo, 22 de junio de 2014

Por qué renuncié al Partido Comunista.


El error de la democracia representativa ya lo resumió Rosa Luxemburgo cuando dijo que el partido sustituye a la sociedad, el comité central sustituye al partido y el secretario general sustituye al comité central. Y a la democracia participativa le ocurre como a las olas con el mar: solamente existe cuando hay viento, capaz de tomar decisiones en niveles bajos de complejidad.”


Queridos amigos y compañeros:

Con estas primeras palabras, oficiales en mi condición de candidato a diputado, quiero compartir con ustedes un pensamiento muy personal y un sentimiento muy íntimo. Con profunda emoción, comparto esta tribuna y esta candidatura con la querídisima compañera  Gladys Marín, una militante  comunista con una trayectoria política y personal intachable, marcada por una firmeza ideológica, una consecuencia  y  una valentía difíciles de imitar. Pero los caminos de la vida se entrecruzan y nos llevan a encrucijadas no previstas, a desafíos cada vez mayores.  Este es uno de ellos y lo asumo  como el más difícil que me ha tocado enfrentar en toda mi vida. Asumo este desafío con la garantía de tener un modelo a seguir, con la tranquilidad de saber lo que hay que hacer y con la natural  intranquilidad de no saber si podré hacerlo a la altura requerida.

            Enfrentar esta tarea significa dar un salto de calidad, subir un gran escalón  y asumir responsabilidades cada vez mayores en un campo nuevo, más amplio y más complejo que los anteriores. Pero no enfrentamos este desafío desarmados, lo hacemos  con las armas que hemos ido perfeccionando durante muchos años. Probando fuerzas en otros desafíos, hemos recibido muchas lecciones, hemos acertado y nos hemos equivocado, y alegrándonos por los triunfos o reconociendo  nuestros errores, hemos igualmente aprendido.

            Con una visión social que ha dejado atrás los intereses egoístas  y los enfoques estrechos que alguna vez pudimos haber tenido, pero por sobre todo con el convencimiento de que nada es posible sin la participación, sin el trabajo en equipo y sin el compromiso ideológico, hemos alcanzado la certeza de saber que no hay nada más gratificante que el trabajo social, porque no hay nada más importante que la gente, sus anhelos, sus problemas, es decir nosotros, nuestros anhelos, nuestros problemas. Solamente trabajando juntos podremos  resolverlos, para los comunistas no existe contradicción alguna entre los intereses personales y el interés colectivo.

            Por eso nos alegra y nos estimula el resultado del Plebiscito recién realizado en el Hospital Félix Bulnes Cerda, porque, a pesar de ser una primera experiencia de participación directa, más de mil vecinos y  casi cuatrocientos funcionarios entregaron su voto en pro de la salud y en rechazo a las políticas inhumanas aplicadas por el Gobierno. 

No de otra forma puede calificarse el maltrato evidente a nuestros pacientes, a pesar del esfuerzo abnegado y las jornadas agotadoras de los funcionarios tratando de suplir las carencias, también evidentes, de los recursos mínimos requeridos. Solamente  47 votantes aprobaron las políticas del Gobierno.

Desde aquí, públicamente, queremos reconocer el doble mérito de los funcionarios de nuestro Hospital que votaron, poniendo en riesgo sus remuneraciones y su propio empleo, porque la legislación actual así lo permite. De la misma forma queremos decirle, a quienes no votaron, que no tenemos crítica, que entendemos  la presión innoble a la que han sido sometidos. Tenemos plena conciencia de que estos resultados, por más favorables que sean, no nos dan poder resolutivo, pero este resultado es una advertencia clarísima al Gobierno del rechazo masivo que están generando sus políticas laborales y de salud.

            Anoche escuchaba a un dirigente poblacional de San Bernardo explicando a los concejales las diferencias entre un Cabildo  y un Plebiscito, refiriéndose al problema de la grave contaminación producida por el incendio de una industria química del sector. Nosotros no hemos tenido ese problema, realizamos el Cabildo y además el Plebiscito, y  por una razón muy simple: porque el Cabildo es información y socialización del problema y el Plebiscito es la posibilidad de expresar una opinión informada. Ambos eventos resumen entonces lo esencial de la democracia sin apellidos, que no es más que la libre expresión de los ciudadanos, independientemente de posiciones políticas, ideológicas o de cualquier otro origen, porque estos problemas nos afectan a todos, sin excepción de ninguna especie. Ni siquiera quienes, por su poder económico, se sienten ajenos, están libres de la contaminación, de la meningitis meningocócica, del SIDA, de la droga y de tantos otros males que acechan a esta sociedad.

            Recientemente, la Organización Panamericana de la Salud ha insistido en un viejo concepto: la inequidad es la clave en los males de la salud. Y nosotros ampliamos este concepto: la inequidad es la clave de todos los males sociales, es la causante directa de la falta  de oportunidades de todo tipo, educacionales, culturales, laborales, recreacionales, etc., todo lo cual redunda en la falta de participación real  de la gente en la solución de sus propios problemas. Esta inequidad no es un hecho espontáneo ni una condición temporal, propia de un determinado período. Es una política,  diseñada e implementada por los grupos de poder para conseguir esos objetivos de manera permanente, para impedir que las grandes mayorías tengan acceso al poder que ellos detentan. 

            Y así vemos como este país, con importantes niveles de crecimiento económico, no solamente no logra reducir la brecha entre ricos y pobres, sino que la profundiza, no logra poner estos avances al servicio de quienes realmente los generan, los trabajadores, ni de quienes realmente los necesitan:  los niños, los jóvenes, los ancianos, los discapacitados, los eternos discriminados de esta sociedad  marcada por el  consumismo egoísta y ciego, una sociedad que se ahoga en sus propios desperdicios.

            Revertir esta situación actual es extraordinariamente difícil, pero no imposible. Los comunistas nos atrevemos a creer, y creemos para crear y para crecer. Tenemos a nuestro favor, la fuerza de las ideas, la fuerza de nuestra concepciones humanistas, la fuerza de las mayorías, la fuerza de la unidad que las propias políticas antidemocráticas del Gobierno han ido generando. Este es nuestro capital, creamos en él  para poder crear  relaciones más humanas y más solidarias, para crecer  como personas y como sociedad.

            Para nadie es ya un misterio que el "temporerismo", que nació en el trabajo agrícola, está afectando a toda la clase trabajadora, incluida la técnica y profesional. Profesores, médicos del sistema primario y hospitalario, académicos universitarios, trabajadores de Obras Públicas entre muchos otros, identifican este grave peligro en  el eufemismo de la " gestión flexible del recurso humano " que aplica el Gobierno, y en la insistencia de no " colegislar ", que no es otra cosa que el no discutir los proyectos de Ley  con los trabajadores. Las leyes van así directamente del Gobierno al Parlamento en un lenguaje que sólo se aclara cuando la ley se aplica y demuestra, en la práctica y descarnadamente, su carácter antidemocrático. De allí la importancia de estar en el Parlamento, de participar en la discusión y en la aprobación  de leyes que realmente impongan la justicia y la equidad perdidas.

            Tenemos por delante, con todas las limitaciones que implica el sistema binominal y la coartación de las libertades que genera la propaganda masiva, la posibilidad  real de alcanzar mayores niveles de expresión y de decisión.

            En este sentido, la propuesta del Partido Comunista es una base firme y clara.

            La exigencia de una mejor distribución del ingreso, la reforma de las  leyes laborales y del  sistema eleccionario, además de  las exigencias de verdad y de justicia fueron, en su momento, una propuesta nacional por la que votó la gran mayoría de este país, puesto que estaban contenidas en el Programa de la Concertación. Propuesta demagógica que el propio Ministro del   Interior  se  ha encargado  de  aclarar,  más  allá  de  toda  duda,  al   declarar  que existían  “victorias amargas y derrotas dulces“, al referirse al rechazo de la oposición  a eliminar  los senadores designados. ¡Cómo no va a ser una derrota  dulce, si les permite seguir incumpliendo los compromisos  de su propio Programa !?

            Tal como históricamente ha quedado demostrado, la agudización de los procesos sociales ha ido separando las aguas de los grupos en conflicto. No puede caber duda alguna  que el gobierno ha decidido por la opción de la derecha. Sus políticas económicas lo venían demostrando cada vez con mayor claridad y sus recientes decisiones de política electoral no dejan lugar alguno a la incertidumbre.

            En este marco nos toca actuar, un marco desfavorable en muchos aspectos, pero muy favorable en otros, puesto que el Partido está hablando el lenguaje de la gente, está siendo la voz pública de sus exigencias y está mostrando el camino a seguir para revertir la situación actual de inquietud social  y de represión del gobierno.

            Es nuestra responsabilidad que este enfrentamiento pueda resolverse mediante el trabajo de masas, mediante la presión social  organizada, propositiva  y orientada con claridad a  responder a las urgentes necesidades de la población, a impedir que la represión llegue a cobrar víctimas inocentes en  quienes no hacen otra cosa que luchar por mejores condiciones de vida.

            Los candidatos del Partido Comunista ofrecemos  la garantía de nuestras historias personales y la historia del propio Partido al que nadie, ni sus peores enemigos, han podido acusar nunca de falta de compromiso social, de corrupción ni de aprovechamiento ilícito. La limpieza del Partido Comunista no está escrita en las paredes de una contienda electoral, está escrita en su historia de constante compromiso con la clase trabajadora, con los pobres, con los desposeídos.

             Compañeros y amigos:
            La palabra clave es la participación. Nada puede lograr un dirigente  si no recoge la esencia de los problemas que afligen a la sociedad y nada puede lograrse si la comunidad no actúa en consecuencia. Nadie vendrá de afuera a solucionar nuestros problemas, somos nosotros mismos quienes deberemos resolverlos. Repitamos, una y mil veces si es necesario, cabildos y plebiscitos hasta lograr el país que queremos, un país justo, solidario, respetuoso de las diferencias pero incansable en la búsqueda de la unidad en torno a los problemas reales. No aceptemos que nos dividan, la tarea futura es enorme y no queda otro camino que caminar juntos para enfrentarla.

Ese es nuestro compromiso, muchas gracias.