domingo, 17 de mayo de 2015

Sentirse


Hoy  en el duermevela del despertar viví una especie de epifanía  una experiencia  de percepción global del cuerpo que sabiendo que estaba en el limbo de las alucinaciones hipnagógicas  me esforcé  por prolongar para entenderla una  sensación del cuerpo como  esponjado y adolorido como si cada célula hubiese perdido la piel  y con ella  su capacidad de aislamiento inmóvil recorriéndome por dentro  busqué una palabra  un verbo  que pudiera describir esa percepción de tener un cuerpo capaz de sentir  o de resentir   el dolor moral  la pena de un cuerpo pensante o capaz de acoger  el pensamiento que vuela sin saber donde posarse y  no pudo ser otro que el de estar transido  atravesado por el pensamiento  como si se hubiese desbordado de sus cauces naturales de sus vías nerviosas  para invadir cada rincón  cada célula alienada en su función propia  para remecerla  para hacerla recuperar su capacidad original de  también  pensar de hacerse cargo de ayudar a resolver lo que la mente sola no puede.