¿Y si hubiese ocurrido en
el Chile de Pinochet?
Percival
Manglano exconsejero de
Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid.
"….Contrariamente a los
partidos de oposición y sindicatos chilenos en 1983, hoy no hay ninguna
organización cubana que pueda organizar una Jornada de Protesta Nacional contra
el Gobierno de Cuba. Además, la dictadura comunista cubana lleva 54 años en el
poder (más de tres veces la de Pinochet) y no hay ningún indicio de que vaya a
organizar un referéndum en el que los cubanos puedan decidir sobre su futuro
como el celebrado en Chile en 1988.
Más aún, la actual
disidencia cubana no empuña las armas contra Castro como sí hizo la
izquierda revolucionaria del MIR contra Pinochet, asesinando, por ejemplo, al
militar Carol Urzúa de 62 balazos en agosto de 1983.
Nada de lo dicho busca
relativizar los brutales crímenes perpetrados por el régimen de Pinochet. Lo
que sí busca es negar, por comparación, las pretendidas virtudes o atenuantes
de la brutalidad del régimen castrista"
Cuanto desparpajo para hacer comparaciones de lo
incomparable, posible solamente cuando la audiencia ya está alineada, los unos
por su experiencia, los otros por un convencimiento apodíctico, sincrético,
fundamentalista, es decir, imposible de refutar racional ni pragmáticamente.
Bien decía Camus, respecto de la ideología mal entendida: me asusta un hombre
incapaz de ser convencido de otra cosa de lo que cree.
Viví la dictadura y
luego once años en Cuba, y puedo decir, en chileno que el señor exconsejero de
economía habla "puras leseras". Los organismos internacionales dedicados
a la salud, a la educación, a la investigación científica, ninguno de ellos
posible de acusar de comunistas, porque, de alguna forma representan el
pensamiento culto de la humanidad, entregan indicadores que prácticamente
ningún país, sin el acoso que sufre Cuba, puede ni siquiera igualar.
La
política se ha convertido en un fin en sí mismo y en una forma de perpetuar la
dominación de los mercachifles sobre los seres humanos, perdiendo su
significado de obtención del bien común, y Chile es un ejemplo dramático de
esta calamidad.
Los países que no han podido resolver sus propios problemas
miran la paja en el ojo ajeno, Cuba trabaja, aparentemente sola, porque tiene
el apoyo de millones de personas en el mundo entero, que han podido gozar de su
trabajo internacional en salud, educación y en otras materias, (sólo en Brasil trabajan 11.400 médicos cubanos), pero que no
tienen acceso a los medios para dar a conocer su pensamiento que, siendo
solidario, será siempre mil veces mejor que el pensamiento destructivo de los
pocos que pueden hacerse escuchar.