domingo, 15 de junio de 2014

La pizza es una ideología

–Oíme bien, Roque. Te voy a hablar con la sabiduría que dan los años. La pizza, la verdadera pizza, se hace con masa gruesa, mucha muzzarella y mucho picante, como un chimichurri. Tiene que ser grasienta. Se tiene que pedir en el mostrador y hay que comerla de parado, sosteniéndola con papel. Si seguís con ese producto, como hizo tu padre, nunca te van a faltar clientes. Además, no se trata solamente de guita, Roque. Aunque no lo creas, yo leí a don Antonio Gramsci. No me mirés con esa cara de bruto. No, no tenía pizzería. Pero tenía ideas. Y a las ideas, cuando se juntaban, les decía ideología. ¿Agarrás, pibe? Ideología. Grabate esto: la pizza de masa gruesa es una ideología. La de masa fina, otra. ¿Vos viste en lo que se está convirtiendo el mundo? Todo es flaco. Las minas son flacas. Los tipos son flacos. Todo es dietético. Nada tiene cuerpo, espesuridad. Todo es liguet.
–Creo que se dice lait, viejo.
–Es lo mismo. Lait, liguet, la misma mierda. Y eso me atrevería a decirte que empezó con la pizza. Acordate: primero te adelgazan la pizza, después te adelgazan a vos, después te tiran por el inodoro. El mundo que yo viví fue asesinado por la pizza a la piedra. La pizza de masa gruesa murió víctima del Imperio de la Flaquedad. Ahora, hijo mío, hasta le ponen pasto a la pizza.
-Albahaca, viejo.
-Albahaca, camarones, pulpitos, pepinos, tomates, lechuga, zanahoria, rúcula. Eso no es una pizza, pibe. Es una huerta con algunos bichitos de mar despistados. Vos seguí mi ideología: la única pizza verdadera es la de masa gruesa, muzzarella que se desborda, mucho aceite y punto. Cuando entrás a un lugar y te traen un menú con treinta y cuatro variedades de pizza, rajá. Es un antro de gente moderna. O sea, de putitas finas, de trolos de alta costura y de políticos afanancios.
–¿Qué?
–Afanancios. Chorros, pibe. ¿Vos nunca leíste Afanancio en el Rico Tipo? Lo dibujaba Mazzone. Qué tiempos, Roque. A una gorda le decían Pochita Morfoni. A un avivado, Avivato. A un falluto, Falluteli. A un preso que se fugaba, Piantadino. A un tano, Don Nicola. Imaginate. Se hablaba con la verdad. Con la verdad y hasta te diría: con poesía. Decime, ¿no es poético decirle Langostino a un navegante aventurero?
Al lector: Este sabroso texto –¿o no es sabrosa la pizza de masa gruesa con mucha muzzarella?– pertenece a la nouvelle: Grandeza y decadencia de Roque, el pizzero, que integra el libro Un diamante para el Don, cuentos y nouvelles, que publicará próximamente Planeta. JPF.