miércoles, 23 de mayo de 2012

La vida de los volantines



Volantines…Algunos  se quedan en el cielo, llevándose las cartas y haciendo despedidas de pañuelo.
Otros, desgarrados  por espinas, en el aire desguazados o estrellados en el suelo, sólo cumplen su destino,
de muerte,  cruz y madero,  que son parte de su esencia,  que están dentro de su juego.

Volantines …Rugidores de chupete o pechugas sugerentes,  aún la tímida ñeclita, encumbrada y temblorosa, desde el aire me saludan.
El pavo, lento y solemne, al cielo lleva colores; el choncho,  pariente pobre, al cielo lleva noticias.

Algunos van desviados…  de aros y  con  colita. Torpe, enjuta la cometa, ¡si parece institutriz!

El bizcocho?... vistoso… y equilibrado, ¡si parece un arlequín!
Desequilibrado?...  ¡el chileno!:  con el hilo bien curado, con su azul… contaminado, con su estrella… solitaria, con su nieve… intervenida,  y la sangre...?  va corriendo del  volantin, a su ancho,
desaguando en las cunetas, impregnándose en la tierra, de izquierda por la derecha, de cordillera a mar,
como quieras, es el  volantin  espejo de la historia verdadera

Arriba están Pascua Lama y los efedieciséis, nunca lo olvides.
Abajo, el mar y los peces que nos comen y alimentan, soldados y pescadores.
Al centro y arrodillado…  un niño triste… me mira.
Luego mira al cielo y llora
Por su azul contaminado, Por su nieve intervenida
Por  su  estrella  solitaria,  por su sangre derramada
…por su volantin,  perdido
                                                                                                                 (Antonio, Pablo y Mario, gracias)
                                                                                                                                           Vuelvoalsur, 2006

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