Volantines…Algunos se
quedan en el cielo, llevándose las cartas y haciendo despedidas de pañuelo.
Otros, desgarrados
por espinas, en el aire desguazados o estrellados en el suelo, sólo
cumplen su destino,
de muerte, cruz
y madero, que son parte de su
esencia, que están dentro de su juego.
Volantines …Rugidores de chupete o pechugas sugerentes, aún la tímida ñeclita, encumbrada y
temblorosa, desde el aire me saludan.
El pavo, lento y solemne, al cielo lleva colores; el
choncho, pariente pobre, al cielo lleva
noticias.
Algunos van desviados…
de aros y con colita. Torpe, enjuta la cometa, ¡si parece
institutriz!
El bizcocho?... vistoso… y equilibrado, ¡si
parece un arlequín!
Desequilibrado?... ¡el chileno!: con el hilo bien curado, con su azul… contaminado, con su estrella… solitaria, con su
nieve… intervenida, y la sangre...? va corriendo del volantin, a su ancho,
desaguando en las cunetas, impregnándose en la tierra,
de izquierda por la derecha, de cordillera a mar,
como quieras, es el
volantin espejo de
la historia verdadera
Arriba están Pascua Lama y los efedieciséis, nunca lo
olvides.
Abajo, el mar y los peces que nos comen y alimentan,
soldados y pescadores.
Al centro y arrodillado… un niño triste… me mira.
Luego mira al cielo y llora
Por su azul contaminado, Por su
nieve intervenida
Por su estrella
solitaria, por su sangre derramada
…por su volantin, perdido
(Antonio, Pablo y Mario, gracias)
Vuelvoalsur, 2006
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